sábado, 28 de agosto de 2010

León y Julia (yo)


Otorgarle características físicas y espirituales, me resulta meramente vertiginoso. Conozco a León desde hace muchos años, y me atrevo a decir que lo conozco casi tan bien como el conoce mis transformaciones. Es y será un gran artista plástico, con grandes atributos para con la música. Un hombre físicamente imperfecto, de ojos calmos y cabellos flameantes, de una hermosura infinita. Sin duda alguna, cualquier mujer en este mundo se sentiría atraída por la fragancia de su cuerpo. Sin embargo, León estaba profundamente enamorado de mí. Había sido cautivado por mi soberbia capacidad intelectual, e indudablemente, por mi aferre al arte de la actuación. Así es, soy actriz. He sido innumerables personas en mi vida, he matado y muerto sin saber aún mi destino, he viajado por el mundo gracias a mi talento innato, y actualmente me veo desafiada a realizar el papel más importante de mi vida.


Fue en uno de esos entrañables viajes que me topé con la figura adormecida de León. Desde el comienzo, ambos deseamos histéricamente el cuerpo del otro, transformando nuestros encuentros en pura intensidad. Nos desnudábamos, casi sin hablar, dejando que el silencio sea condición de nuestra relación. Meses más tarde, comenzamos a descubrir la efectividad del diálogo, del habla como medio comunicador entre nuestros cuerpos. Él descubrió que además de ser quien era, yo era “Julia”, la hija de un poderoso monarca español. Fue entonces que empezó a asistir a cada una de mis funciones, reduciendo lentamente el tiempo que solía dedicarle a sus obras. Yo, por otro lado, disfrutaba la compañía de su ser, la autenticidad de su arte, y el dormir siendo penetrada por sus acordes. Parecíamos complementarnos perfectamente, al igual que sucede hoy en día.

León pasaba horas frente a mí, plasmando en papeles el contorno de mi cuerpo, pintando minuciosamente cada detalle de mi rostro, dibujando todos y cada uno de los personajes que yo debía interpretar, y creando así una de sus más conocidas obras: “Ella detrás de Julia”. Julia: él parecía conocerla mucho más que yo. Pasaba horas analizando modificaciones en mis guiones, aconsejándome en cómo debía accionar y reaccionar, las tonalidades de voz que debía utilizar en los momentos de agonía, y más. La idea de que su interés en el papel que me había llevado prácticamente a la fama incrementara constantemente, hacía que mi entusiasmo y amor por Julia vuelen hacía los caminos más recónditos de la inspiración. León, sin dudarlo, tenía la capacidad de embellecer mi espíritu. Naturalmente, los días transcurrían permitiendo que nuestras vidas funcionen inéditamente.

Me gustaba la pasión que León sentía al referirse a Julia, pero gradualmente empecé a desear que se atenuara. Él parecía no poder limitarse, y yo no pude entender con facilidad lo que realmente acontecía. Un mediodía al despertar, encontré el cansado cuerpo de León sumergido en la ardua tarea de empapelar la habitación con retratos de Julia posando en Madrid. En un primer momento, le sonreí a la inesperada situación; pero más tarde un resplandor de ira vibró en lo más profundo de mí ser. No pude encontrar instantáneamente el por qué, pues él sostenía que ahora Julia era su musa inspiradora y era conciente de los trastornos que esto le estaba provocando. Celos destructores me impidieron gozar del mundo que ofrecía León. Pasé semanas analizando la situación: comprendí que el papel que yo había creado estaba desplazándome de mi rol como amante, de mi tiempo, de mi alma. Me atormenté innumerables noches junto a León, reflexionando que Julia, yo en Julia, Julia en mí, yo, ella, nos disputábamos la atención del artista. Comprendí el significado oculto de su prestigiosa e insolente obra: “Ella detrás de Julia”, yo, había quedado a miles de kilómetros de Julia.

Continuamos meses inmersos en un río de angustia, desesperación, y lapsos incontenibles de amor puro. Muchas veces descubrí la infidelidad de León, profundamente enceguecido por su amante imaginaria, habitante de mi cuerpo. Mi tristeza no tenía formas de canalización, durante mucho tiempo no comprendí si mi sufrimiento se debía a la persona impenetrable en la que se había transformado León, a la falta que me hacía su presencia, o al desprecio que sentía por haber sido yo creadora de tan absorbente ser. Mientras tanto, la ahora alucinación de León se había vuelto cada vez más intensa. Una noche, luego de mi función teatral lo encontré sentado en la cama, esperando mi llegada. Susurró: – Estoy algo confundido, ya no puedo imaginarla con claridad, siento deseos de tocar tu rostro y desnudarte, de pasar horas de pacífica soledad juntos, Julia- Un frío tajante recorrió todo mi cuerpo, entendí la transformación y el desarrollo de la obsesión de León. Traté de transportar su eléctrica mente nuevamente a la realidad, pero sus ojos parecían reclamar lo contrario. Una vez vuelto a sus cabales, se dirigió a mi persona, pero solo lo hizo para certificar la anormalidad de la situación. Con un fuerte impulso, le quitó la manta a una de sus más trascendentales obras: una escultura de dos metros de alto. Quedé paralizada y caí sobre el terciopelo rojo de nuestro sillón francés al observar mi cuerpo maravillosamente reflejado en esa figura de yeso. Atónita, vi a León moverse constantemente lado a lado de la habitación, refiriéndose a la figura de yeso, leyéndole sus escritos y poemas, casi olvidando mi presencia, pero nunca olvidando la presencia de quien ahora, en el escenario de su locura, se había convertido en espectadora. En un instante de extremo desenfreno, de extralimitación fría y desesperante, León, sudoroso, miró altanero los espacios vacíos de la habitación, y en un grito precipitado finalizó su función: -¡Con ustedes, Julia!-

Las horas pasaron en un silencio infinito. León tomó mi mano balbuceando, y en un lapso de desesperación, la arrastró poéticamente sobre sus pies. Si bien sus labios se movían continuamente, el sonido perturbador de su voz sólo parecía vibrar en los oídos de su espectadora. Durante horas escribió la vida del hombre, la transformación de las ideas, y la modesta intensificación de las sensaciones. Mientras tanto, yo y su espectadora, sentadas en un placentero sillón francés. Yo era invisible a los ojos de ella, y podía moverme con total libertad entre los espacios vacíos de la habitación.

Decidimos ser los tres, dueños del más tortuoso amor.


(Cuento que escribí hace un poco más de un año...Gracias por la dedicación a quienes hayan leído...)

16 comentarios:

  1. Me gustó. Muy buena la redacción, y siempre es lindo hablar de amor
    un beso lu,

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  2. Esta vez no voy a opinar acerca de tu postura respecto de los medios. Si bien sostengo lo que digo sobre tu opinión aquella vez, y me sentí bastante atacado con algunos comentarios, voy a opinar sobre esto que escribisste. Se ve que tenes un perfil además de """"revolucionario""""" de artista.
    Me pareció copado el cuento, espero que no este basado en hechos reales, sino alto mambo tenés.
    Nada más,

    S. Galeano

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  3. No está basado en hechos reales...pero a veces le encuentro muchos fragmentos de realidades perdidas y encontradas.
    Estuviste sutil con lo de las comillas eh!

    Tu sintaxis trasciende los límites del buen escribir...
    Saludos!

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  4. Pobre Galeano... rencoroso y además, lo "revolucionario" no deja de molestarlo.

    Hoy lo he leído otra vez y me gustó más que la última.
    Muy Orgullosa de ti, Lumía.

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  5. Lo increíble es que a este flaco (Galeano) le hiciste notar sus errores de ortografía y de puntuación y aun así no los corrige, sigue escribiendo mal... Medio pila, estudiás comunicación.
    Besos Luli, muy lindo el cuento.

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  6. Rencoroso?
    Que pasa, están todos calientes con esta mina viejo?
    Para empezar, es un medio de comunicacion que da para tantas cosas...con lo cual una tilde mas o una tilde menos no hace a nada..
    Segundo, hablar de revolucion en este pais despues de lo que paso en el 76 me parece bastante absurdo, por eso te dije lo que te dije "lumia".

    saludos a todos,
    s. Galeano

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  7. Pica el bigote...
    por aquí y por allá...

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  8. A galeano, y con perdón de Lu de entrada (supongo que ni bien viste lo que escribió este hombre entendiste que me iba a meter, perdoná de verdad)

    Mirá viejo, ante todo, me hago cargo de lo que te escribí el otro día, publiqué con mi usuario de blog y demás, con el fin de demostrarte tu error conceptual básico con respecto a la ley de medios. Después, si sos un neo-nazi o tenés algún filo con el fascismo, no me importa, así serás vos.

    A nivel personal, lo que te dice el otro muchacho, lo dice en función de estudiante de cs de la comunicación en serio, de la misma forma que yo lo hice antes, y no con la arrogancia de una papanatas que recién arranca el CBC... como estudiante de comunicación, te recomiendo que leas de verdad esa ley, es lo mínimo que podés hacer.

    De todas formas, la verdad, es una recomendación y no me importa realmente lo que hagas. Lo que si te voy a pedir y dejar en claro, es que no vuelvas a escribir con ese tono displicente acerca de Luli..te explico, "qué pasa, están todos calientes con esta mina viejo?" es una total falta de respeto hacia ella.

    Entonces, te la dejo fácil, una más, y te voy a buscar del forro del culo a la facultad y te rompo la cabeza hermano. Ante cualquier duda, preguntale a "esta mina" quién soy yo, te sabrá explicar, y también te sabrá decir que no hablo por hablar.

    Perdoná de nuevo, y más después de este ataque de irracionalidad, no me gusta ponerme violento y lo sabés, y menos en tu blog que nada tiene que ver con armar estos bardos mediocres.

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  9. Supongo que por lo que decis seras alguna especie de novio.
    No te preocupes que si encuentro a lumia nuevamente en la facultad, no voy a hablar de vos, sino de nuestras diferencias ideologicas.
    Cuando me referi a "esta mina" no lo hice peyorativamente, pese a nuestras amplias AAAAAAAMPLIAS diferencias, me cae bien que me conteste y me enfrente.

    Nada más,
    S. Galeano

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  10. Queridísimo Galeano:

    Voy a pedirte (para no tener que borrar autoritariamente tus comentarios) que si ingresás a este espacio sea preferentemente para comentar acerca de lo que yo publico. Peyorativamente o no, lo que dijiste estuvo fuera de lugar. Tanto esto último, como tu primera aparición haciendo referencia a lo "patético" de mi discurso. Digo, podrías haber expuesto argumentos, y así sí generar un debate al menos enriquecedor.

    Con respecto a lo que puedas opinar de mis inclinaciones político-ideológicas, ya te pasé mi mail, o supongo que ya sabés en qué comisión encontrarme... Un diálogo fluido y concreto facilitará la puesta en escena de nuestras diferencias. Si estás dispuesto a escuchar, claro.

    Sin más,
    Lucila

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  11. Señor Galeano, es usted un fiel representante del "l'bard pour l'bard" o, como se conoce vulgarmente, del "bardear por bardear". Ahora puede ponerle nombre a lo que hace, mire qué generosa que estoy siendo.
    Una tilde más sí hace la diferencia, Galeano, porque se supone que está usted expresando sus """""""argumentos""""". Entonces, le recomiendo que lo haga como es debido, que haga mérito del título secundario que obtuvo y que trate de ponerse a la altura de la carrera de Ciencias de la Comunicación.
    No quiero seguir juzgando porque este espacio no es el objetivo de este espacio, y porque la discusión nunca tuvo sentido.
    Pido perdón a Lu, pero cuando hay que escupirlo, hay que escupirlo.

    Ahora, a lo que vine.
    Leí el cuento y es realmente cautivador, me gustó mucho, me dejó expectante, me dieron ganas de más. Creo yo que uno se enamora de la idealización de la persona (ya lo hemos hablado), de lo que se llega a conocer, y de lo desconocido, la sensualidad de aquel misterio que escondemos todos. Ella era bastante Julia, ella la concibió, ella la armó. Y León se enamoró de esa idealización. El cuerpo de la mujer pero los adentros de su propia construcción de amante. Todo lo que siempre lo cautivó y lo enamoró plasmado en una figura de yeso.

    Brillante, Lu.

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  12. Como siempre, la calidad de tus enunciados y lo inagotable, auténtico y original de tus ideas.

    Gracias por la interpretación. Tan genuina interpretación, tan valiosa para mí...
    Claro que sí, Julia era ella. Sin dudas, Julia era ella en su máxima expresión. Es un tema que a la filosofía le concierne eso de la idealización. Es que si no hay idealización cuál es nuestra manera de percibir? Claramente el otro es para cada uno de nosotros un conjunto de ideas.Ideas provocadas (me imagino a una persona irradiando todo su ser, y a nosotros, captando lo más que podemos de eso)Pero...tal vez disienta en el hecho estricto-formal de que "uno se enamora de la idealización de la persona". Porque enamorarse implica involucrar sentimientos, y eso sí es consecuencia de algo que genera la otra persona... (me imagino a alguien sembrando amor en el otro)

    No sé, espero que se haya entendido mi punto...

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  13. -Pero que sed de Opinar que tenemos todos, che...
    tan solos estamos, que pasamos los dias en los confines de nuestro cerebro, para sentarse-imposible no racionalmente-, en algun momento, quizas al finalizar el dia, frente a la pantalla luminiscente, a expulsar alguna opinion, por insignificante y descreida que sea, para ver afuera lo que tenemos dentro, para salir un poco de nosotros mismos???

    -pero mira el lado positivo, viejo, la red virtual es como conectar nuestros cerebros, es como situarlos todos en una conexion que posibilita el intercambio de ideas, sentimientos, valores, vivencias....

    -ah, si usaramos el cuchillo para cortar verduras nomas, la television para hacer arte, y las drogas para ampliar la conciencia, y que se sigan sumando las armas de doble filo carajo




    -se acuerdan de esta cancion del primer spinetta:
    "Vuelve del cuento feroz
    su sombra está por seguir
    y aunque su cara sea la de un tonto
    pero se vuelve porque alguien llegó
    pero se vuelve porque alguien llegó" (bis)
    cantenla, es fenomenal

    (por ahi me reconocen,......)

    pd:ah, y una pequeña observacion: como es eso de finalizar un cuento agradeciendo al lector por haberlo leido????????????????

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  14. A mi entender, la gracia de un blog con escritos es, justamente, comentar sobre lo que se escribe.

    Me da un poco de pena que se pierda eso...


    Pdta: Me gustó el texto Lumi, es muy "vos".

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  15. Perdón, pero te ví hoy a eso de las siete en la facultad...te cambiaste de horario?

    S. Galeano

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  16. Los que se pelean, se aman.
    Ji ji jA JEO SJKNKJS
    JKA
    Anónimo

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