martes, 14 de septiembre de 2010

Sobre un hombre y mis reflexiones

De viejo me lo imagino con la misma nostalgia en sus ojos, con la misma terquedad en sus gestos, con el mismo caminar desganado. No sé si es tanto mi imaginación, o si acaso es el deseo imperioso de la conservación de la esencia, la perpetuidad de algunos fragmentos del ser.

Quiero escribir acerca de alguien, y no es de menor importancia que lo haga en este espacio; claro está que mi intención es hacer de público conocimiento estas palabras. Lo merezco, y lo merece él más que nada.
Momentos epifánicos en mi vida han provocado que hoy pueda comprender lo que piensa y cómo lo hace. Creo conocerlo más que nadie, y eso se lo debo a la experiencia. Aquellos que me conocen, sabrán de quién hablo. Entiendo bien que la necesidad de mostrar a todos lo que sé de él se origina en el rechazo que me causa saber que existe gente que lo subestima, que no quiere, que simplemente no le gusta comprender quién verdaderamente es él...

Hablo de un luchador empedernido, de quien cree profundamente en que podemos dejar de tragar mierda. De quien daría mucho de lo que tiene, y saldría a pelear con el mayor coraje posible contra un sistema despreciable. Por favor, abstenerse quienes lo consideren un Don Quijote más, porque sus molinos de viento existen, y nada puede valorarse más del hombre que la valentía de luchar por sus deseos. Entendí su causa, y me enseñó que es posible.

Hablo de una mente por demás retorcida, de una locura inteligente, porque trasciende el modo convencional de percibir. Sé que su manera austera de decodificar la realidad es lo que nutre lo más característico de su ser: esa diplomacia al hablar, sus ganas de experimentar, su relación con el arte, el amor por la literatura, la rapidez, originalidad, la dimensión de sus pensamientos, el atropello de sus ideas...Toda una complejidad, disfrazada de simpleza.

Hablo de un hombre que duda, y en lo que a esto respecta, solo puedo citar las palabras de un grande: "La duda es uno de los nombres de la inteligencia"

Hablo de un hombre-amante, aquel que es capaz de entregarse al otro, aquel capaz de buscar la felicidad ajena. Lo genuino de su amistad, la fidelidad de sus palabras, la nobleza de su ser, la transparencia, jamás antes vista, de su persona. Sinceridad sin diluir, honestidad indominable.

Hablo de todo un hombre, un desquiciado deshollinador gratuito para quien lo desee,
un humano demasiado humano...

un nido semi-vacío
una guitarra que habla
un sin fin de incoherencias
un maestro-aprendiz sin descanso
una poesía siendo leída
un loco bostezando
una explosión
un atropello
un noble guerrero:
el autor intelectual de mi secuestro

Hablo de quien es para mí Toti...

Desde mi más allá,
Lumía