martes, 23 de abril de 2013

entrever



entreverte
         verte despacio
         verte a distancia
    es ver verde
         verde con aire
               de prosa en prosa
               de madrugadas heroicas

               de callada simpleza tuya
                                                   tu verde grisáceo
                                                   que alberga motivos
                                                   dibuja palabras
                                                  que solo dicen los ojos
                                                  entrever en un río
                                                  con los míos cerrados

lunes, 1 de octubre de 2012


al vuelo invisible del buitre idolatrado
o al desconcierto de sus casi víctimas que una y otra vez es nuevo
al tiempo, que reposa y me espera
y a la explosión desencantada del cristal en mi garganta
al lugar al que nos llevo y jugamos
al dios tangible de los placeres carnales
o al halo místico de la más poderosa afrodita,
que advierte,
 me advierte
         :
el amor es condición para la reacción orgásmica completa
la pasión, es la tormenta y la armonía de la mano

viernes, 15 de junio de 2012

Entretanto, había conseguido el libro verde del Ché. Y entretanto, porque todo lo que hace no es sólo lo que hace sino lo que estima que hace, piensa que hace, y se sugiere no hacer. Y al tiempo que la contratapa cumple su función de contratapa, ella cumple su función de seductora que juega en la inocencia de una cama que ya no es cama es sillón, para ser una silla, que no es silla sino en la necesidad de su imaginación. Y una vez abierto el libro, una vez abierta su cabeza, y una vez, abierta ella con el libro, no solo era el Ché sino Neruda, sino Guillén y otros tantos, que como tantos otros, le hablan a ellas de amor o le hablan a tantas otras que otra vez,el amor, no es el amor. Y pensando en el libro verde, y en la tiranía macabro-perversa de su cerebro cuando este de golpe, golpea el estado de su ser, se acordó de que no hay tesis sin antítesis, porque la síntesis puede darnos, aunque sea, algo parecido a una explicación. Y así de simple, tan complejo que le faltan muchos más libros, muchos más sueños y más que palabras para entender que al mundo se lo resuelve dialécticamente, primero de a uno después de a dos.

miércoles, 11 de abril de 2012

en el exilio

Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo,
lo que me gusta de tu sexo es la boca,
lo que me gusta de tu boca es la lengua,
lo que me gusta de tu lengua es la palabra.

J. CORTÁZAR



el escritor en el exilio
anhela
volverse a ver, en el exilio
saberse siendo
en el exilio
infeliz su palabra
tiene miedo del poema
que tiene miedo de la pluma
que tiene miedo
del escritor
en el poema
desnudo en el exilio
infeliz la palabra
del escritor, encadenado
y en cadena se encadena
se desorienta
se desanima
el escritor se ensordece
y no entiende cuándo
cómo
se dio al exilio
de su propio ser



martes, 20 de diciembre de 2011

A Julia, mujer-poema

Mediodía del 6 de Agosto/ Julia a León

León, queridísimo León, olvidaste escribirme esta mañana. Siempre que te vas, olvidas taparme, siempre que te vas estoy desnuda. No me dejaste besos escritos, no me dejaste recomendaciones para el café, olvidaste escribirme esta mañana, y desnuda descubrí aquellas flores en lugar de las palabras que esperaba. Flores, León. Odio las flores. Recuerdo habértelo dicho, León: de este lado del mundo la mujer-mercancía se compra no solo con dinero, sino con estupideces (mismo delito). Sabés, la convencionalidad borra cualquier vestigio de pureza, y hace metástasis en el pequeño-burgués. Y a vos todavía te cuesta entender que el amor no es el amor. El amor es mucho más que eso. Qué te habrán dicho de vos, que ahora yo recibo tus flores. No estoy muerta, León, y además, odio las flores y el ritual. Escribirte es lindo, y también es fácil, por eso, amor, te confieso: creo haber encontrado las tierras de las que hablamos, tierras en las que puedo ser yo, Julia-miedosa sin miedos. Las diseñé a mi antojo, tu idea es preciosa, las tierras son como ríos con peces dulces y rojos, después de todo, lo inexistente se contrarresta con más absurda inexistencia. Ya pensar en tu boca en mi boca es menos tenebroso, pero prefiero mil veces tu boca en mi boca, que no me hace pensar, me hace vivir.

Madrugada de ese mismo día/ León a Julia

Julia, tan Julia como siempre, ya hemos bebido demasiado café juntos, ya deberías saber como prepararlos. Qué hermosa en la cama desnuda, en el piso desnuda, en el aire desnuda. Tan hermosa, Julia, que habrá un ramo de flores junto a la mesa, para vos. Ya te escucho enojada, ya te escucho hablar de mis hábitos burgueses heredados, Julia-combate, qué es tu histeria-historia sino el capricho de una niña. Amor, del amor no hay más nada que hablar salvo en la literatura. El amor pensado no se piensa. El amor no es el amor. Julia, vos no sos libre porque no encontraste tus tierras. El amor también nace del cuerpo: amar acostados, sentados, amar parados. Amar desnudos o semidesnudos. Amar las bocas en un beso, y su contorno cuando hablan. Amar lo que une y lo que separa. Besar más allá de los labios, besar los ojos. Besar de arriba hacia abajo, no olvidar costados. No hagas de mí una teoría, hacé de mí un juego de teorías. Aunque leerte es tan complicado Julia, mujer-poema. Tal vez no te envíe esta carta, esta noche no compartiré tanto mis palabras. Pero lo sé, Julia-anticipada, tan odiosa y ansiosa, ya escribirás una respuesta a esta carta jamás enviada.

viernes, 10 de junio de 2011

decencia burguesa

...chimentos no, pero son las diez, y pongo Tinelli, bueno, de nueve a seis en la oficina, ¿qué me voy a poner a leer un libro?. Entretiene, son boludeces, pero entretiene. Además fijate, el tipo la hizo muy bien, este año está la rubia de Baywatch, ¿la viste? ¡Qué grande el tipo este..! eso no me lo podés negar. Mimujer ya se convenció. Mimujer está harta de todo, qué te puedo decir...Carmen la ayuda bastante, qué sería de nosotros sin ella. Igual, no se puede quejar, gana lindo, come cuando quiere, es más, se mira toda la novela mientras plancha, es divina. La afanaron el otro día a Mimujer, una calentura...Nada, dos pendejitos, pero claro, vos no te podés defender, vos no les podés hacer nada porque encima después la culpa es tuya y los tenés que pagar. No me quiero dejar llevar por la bronca, sabés que yo no soy así, pero cuando te tocan a tu familia, ahí te das cuenta. La justicia en este país no existe. Eso es una realidad y Facu no lo entiende, mil veces se lo dije, pero Facu no entiende. Ya le va a llegar el momento, el socialismo es una enfermedad que se cura con la edad, qué querés que te diga...¿Cómo era?: si a los veinte no sos de izquierda no tenés corazón...y si a los cuarenta seguís siéndolo no tenés cabeza...¿era así? Flopi no, ves, todo lo contrario. La nena es hermosa, estudia Derecho, ¿te conté? Demasiado tiene, mirá si voy a dejar que trabaje, para eso hay tiempo. Está noviando Flopi, un compañero de la facu, formadito, bien educado...como padre estoy tranquilo. Es un pibe bien, de familia bien...es gente bien, como nosotros.

sábado, 30 de abril de 2011

Sobre héroes y tumbas.

No reviste demasiada complejidad considerar a un lejano, a un desconocido inalcanzable, como un héroe o una heroína (muy a la vista está en el ojo Occidental). Contrariamente, la dificultad reside en otorgarle semejante categoría a un ser amado y conocido hasta el más despreciable extremo; desafiante emprendimiento. Sin embargo, asimilando la contradicción intrínseca entre lo que dije y lo que diré, y en un intento de volver aparente una objetividad que solo se construye desde la más evidente de las subjetividades, puedo indudablemente dictaminar que Sábato ha sido un héroe.
Tal vez porque crea que cada uno de sus lectores ha sufrido las mismas transformaciones que yo al leer sus ensayos, al apreciar cada palabra de sus novelas. Tal vez porque crea soberbiamente que quien lo leyó y no sintió nada, no lo entendió. Porque lo considere un irremediable erudito, o porque haya sido pieza fundamental en la CONADEP. En fin, razones, a mí me sobran.
En el día de su muerte, retomar este espacio me parece apropiado y oportuno. Además algo de kafkiana tuvo su vida.
Dijo, años atrás, que sus ensayos son "la reflexión inevitable de un hombre de nuestro tiempo". Respuesta al "cuestionario Proust" en Otros ensayos (1956-1996) para quienes quieran leer a Sábato hablando de Sábato:

Respuesta al "cuestionario Proust"
- ¿El principal rasgo de mi carácter?
- Angustia, paradójicamente unida a una gran vitalidad.
- ¿La cualidad que deseo en un hombre?
-Coraje más generosidad.
-¿La cualidad que prefiero en una mujer?
-Belleza, con fervor e intuición.
-¿Lo que más aprecio en mis amigos?
-La fidelidad.
-¿Mi principal defecto?
-Mi extrema susceptibilidad.
-¿Mi ocupación preferida?
-Ahora, la pintura.
-¿Mi sueño de dicha?
-Vivir con los que quiero durante algunos centenares de años. El oficio de vivir es tan difícil y la vida tan corta que cuando se lo comienza a aprender ya hay que morirse. No querría ser eterno, porque la eternidad le quitaría valor a los hechos de la existencia, todos transitorios; pero me gustaría vivir una cantidad razonable de años, esos centenares.
-¿Cuál sería mi mayor desgracia?
-Perder a Matilde, la compañera de toda mi vida, desde que éramos unos chicos.
-¿Qué quisiera ser?
-Ahora un pintor capaz de expresar intuiciones que no pude expresar con palabras.
-¿Dónde desearía vivir?
-Donde vivo, en mi tierra; desventurada como es, imperfecta como es. Porque es donde nací, fui niño, tuve ilusiones, quise transformar el mundo, amé y sufrí. Y porque a una tierra nos unen entrañablemente no solo sus felicidades sino -y sobre todo- sus tristezas y precariedades.
-¿El color que prefiero?
-Esta es ya una de las preguntas que no me gustan en este famoso cuestionario, porque el hombre es demasiado contradictorio e insaciable para conformarse con un color, con un músico, con un escritor. Ya, por lo pronto, la dialéctica del día y la noche es también la dialéctica de lo fantástico y lo cotidiano, de lo simbólico y lo racional. Todos somos santos y demonios, según el que tenemos delante, según las circunstancias. Todos somos piadosos y despiadados, ateos y religiosos. Al menos, así me lo dicen mi propia experiencia y mis innumerables contradicciones. Tal vez por eso he sido novelista, pues los personajes de ficción son hipóstasis, muchas veces opuestas, del mismo corazón. ¿Colores? No sé, creo que todos, según el momento y el estado de ánimo.
-¿La flor que prefiero?
- Hay ocasiones en que me deslumbra una orquídea, y otras en que me extasío examinando de cerca alguna pequeñita flor silvestre, como esa que en nuestro campo se llama "corazón de novia".
-¿El pájaro que prefiero?
-Sobre todo, las aves de gran altura, cuando vuelan: el águila, el cóndor.
-¿Mis autores preferidos en prosa?
-Dostoievsky, Cervantes, Tolstoi, Stendhal, Proust, Kafka, Thomas Mann, Chéjov, Virgina Woolf, el Thomas Hardy de Judas el oscuro, Malcom Lowry, y muchos más.
-¿Mis héroes de ficción?
-El Quijote.
-¿Mis heroínas favoritas de ficción?
- Aquellas de las que podría haberme enamorado. Alguna mujer de Standhal, por ejemplo; o de Dostoievsky.
-¿Mis compositores preferidos?
-Los barrocos, sobre todo en los movimientos lentos; Vivaldi, en particular, especialmente el concierto para violoncelo en mi menor; el solemne y ceremonioso Haendel; Corelli, y el inevitable Bach: el coral "Jesús, alegría del hombre". Cito al azar del recuerdo, es absurdo decir esto o aquello. Y porque me da rabia tanta injusticia, el menosprecio de tanta gente, el Schubert grande (pienso ahora en ese patético llamado de ayuda del segundo movimiento del quinteto opus 163, o en sus lieder, en la música sombría que acompaña aquel verso de Heine "in diesem Hause wohnte mein Schatz": en esta casa vivía mi amada). Pero para qué dar detalles: toda la música, por un motivo o por otro. Hasta alguna canción de los Beatles, o una hermosa de John Lennon, acompañada de piano, cuyo nombre no recuerdo. Es como eso que dije antes de la florecita silvestre. Y Schumann, y partes del quinteto para clarinete de Brahms, y Bela Bartok, y qué sé yo cuánta música más.
-¿Mis pintores predilectos?
- No, tampoco me gustaría especificar: hay decenas de pintores que me fascinan o me gustan o me hacen pensar o soñar, según el día, la melancolía o la pasión, el sol o la luna.
-¿Mis héroes de la vida real?
-El Che Guevara, ese hombre que siempre combatió de frente, y que murió tristemente en medio de la soledad, la selva y la derrota. Ese hombre noble que se permite invocar tanto miserable que asesina inocentes con bombas en una playa, o en un aeropuerto, anónima y cobardemente.
-¿Mis heroínas históricas?
-Mi madre.
-¿Mis nombres favoritos?
- Alejandra.
-¿Qué detesto más que nada?
-Las pasiones menores y vergonzosas: esa hermana despreciable de la prudencia que es la cobardía, esa especie de caricatura del orgullo que es la vanidad, ese pariente pobre y resentido de la admiración que es la envidia.
-¿Qué caracteres históricos desprecio más?
-Hitler y Stalin.
-¿Qué hecho militar admiro más?
-Las luchas heroicas de los pueblos desvalidos contra los opresores poderosos.
-¿Qué reforma admiro más?
-La que nos puede dar un mundo en que no haya niños que se mueran de hambre. En que haya justicia social pero con libertad: ni tiranía del dinero ni tiranía del buró político.
-¿Qué dones naturales quisiera tener?
-La bondad absoluta.
-¿Cómo me gustaría morir?
-Consciente de mí mismo, sin injertos ni operaciones monstruosas, como yo mismo: no como una basura anónima y drogada.
-¿Estado presente de mi espíritu?
- Angustia por el destino de mi patria.
-¿Hechos que me inspiran más indulgencia?
-Las debilidades humanas, pero no sus bajezas.
-¿Mi lema?
-Resistir.

La Vanguardia, Barcelona, febrero de 1980.